Reflexiones cristianas para hoy 18 de Enero

Esta oración es como una brisa suave que lleva consigo tus cargas y preocupaciones al corazón de Dios en este momento de calma. En tu entrega, buscas la luz divina para disipar cualquier sombra que pueda oscurecer tu camino.

La seguridad que nos ofrece el Salmo 18:28 que compartes es como un faro de esperanza en tu oración. La imagen de Dios encendiendo tu lámpara y alumbrando tus tinieblas es un recordatorio poderoso de Su capacidad para iluminar incluso los rincones más oscuros de nuestras vidas.

Decir "Amén" al final de tu oración es como cerrar los ojos y confiar en la luz divina para guiar tus pasos. Es un acto de fe, reconociendo que en la presencia de Dios, las sombras se disuelven y la claridad prevalece.

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