Reflexiones cristianas para hoy 22 de Enero

Esta oración es como un suspiro suave en el corazón de Dios, un momento íntimo de conexión donde buscas Su abrazo de consuelo. En tu silencio, revelas tu anhelo de sentir la cercanía divina, encontrando refugio en la promesa del Salmo 34:18.

La seguridad que nos ofrece este pasaje es como un faro de luz en tu oración. Nos recuerda que Dios está cercano a los corazones quebrantados y salva a los espíritus contritos. Es un testimonio del amor divino que se acerca a nosotros en nuestras vulnerabilidades, ofreciendo consuelo y fortaleza.

Decir "Amén" al final de tu oración es como cerrar los ojos y confiar plenamente en el abrazo consolador de Dios. Es un acto de entrega, reconociendo que en tu vulnerabilidad, encuentras la fortaleza de Dios que sostendrá cada paso de tu camino.

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