Reflexiones para hoy 22 de Octubre

La oración comienza dirigiéndose a Dios como "Amado Padre Celestial", lo que establece una conexión íntima y amorosa con Dios. Es un reconocimiento de la relación cercana que una persona tiene con su Creador.

Luego, se cita el pasaje de Mateo 5:16, que dice: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." Este versículo se encuentra en el Sermón del Monte, donde Jesús exhorta a sus seguidores a ser luces en el mundo, a través de sus acciones y buenas obras, para que otros puedan ver esas acciones y glorificar a Dios.

La oración nos invita a comprometernos a ser una luz en la vida de quienes nos rodean. Esto significa que debemos esforzarnos por vivir de una manera que refleje el amor, la bondad y la compasión de Dios. Al hacerlo, estamos compartiendo la luz divina con el mundo y recordándoles a los demás la presencia y el amor de Dios.

En resumen, esta oración nos llama a ser agentes de la luz divina en el mundo, a través de nuestras acciones y buenas obras. Nos recuerda que nuestras acciones pueden ser testimonios vivos del amor y la gracia de Dios, y que al vivir de esta manera, podemos ayudar a otros a acercarse a Dios. Es un compromiso de ser un canal de bendición y amor en el mundo, inspirado por el deseo de glorificar a nuestro Padre celestial.

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