Reflexiones cristianas para hoy 28 de Enero

Esta oración es como un tierno susurro al Señor de compasión, donde elevas tus plegarias por aquellos que necesitan sanidad. Siguiendo la poderosa petición de Jeremías 17:14, te unes al clamor: "Sáname, Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza."

La súplica de este versículo es como una melodía suave en tu oración. Nos invita a buscar la sanidad en la fuente divina, reconociendo que el Señor es nuestra alabanza y la fuente de toda restauración. Es un recordatorio de que en Él encontramos la verdadera curación.

Decir "Amén" al final de tu oración es como un acto de confianza y entrega. Es reconocer que en las manos del Señor de compasión, la sanidad se convierte en una realidad. Que Su poder restaurador alcance cada fibra de aquellos por quienes oras, brindándoles renovación y esperanza.

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