Reflexiones cristianas para hoy 30 de Enero
Esta oración es como un suave susurro al Dios de amor incondicional, donde confías al Altísimo tus relaciones y encuentros cotidianos. Inspirado por la tierna exhortación de 1 Juan 4:7, que nos dice: "Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios," deseas que el amor divino fluya a través de ti, tocando la vida de quienes te rodean.
La exhortación de este versículo es como una brisa cálida en tu oración. Nos invita a amarnos unos a otros, recordándonos que el amor tiene su origen en Dios. Es un llamado a ser canales de ese amor divino, permitiendo que fluya a través de nosotros para tocar y transformar las vidas de aquellos con quienes nos encontramos.
Decir "Amén" al final de tu oración es como un compromiso de ser un portador del amor divino. Es una declaración de apertura y disposición para ser instrumento de ese amor que proviene de Dios, tocando y enriqueciendo las vidas de quienes te rodean.
En resumen, tu oración es un hermoso anhelo de ser un canal de amor divino en tus relaciones diarias. Que en cada encuentro, el amor de Dios fluya a través de ti, dejando una huella de bondad y compasión en el corazón de aquellos a quienes tocas.
Deja una respuesta