Reflexiones para hoy 7 de Noviembre

Oración para empezar el día con la bendición de Dios

La oración comienza dirigiéndose a "Señor de justicia", lo que implica que Dios es la fuente y el estándar de lo que es justo y correcto. Aquí, la persona que ora reconoce a Dios como el guía supremo en asuntos de justicia y moralidad.

Luego, la oración menciona la petición de ser guiado en las acciones para hacer lo que es "correcto y honroso". Esto refleja un deseo de vivir una vida en línea con los valores y principios de justicia y honestidad, buscando siempre hacer lo que es moralmente correcto y honorable. Es un reconocimiento de que en la vida cotidiana, a menudo enfrentamos decisiones y desafíos éticos, y la persona que ora busca la sabiduría y la guía de Dios en esas situaciones.

La cita bíblica de Miqueas 6:8 añade un elemento importante a esta oración. Miqueas 6:8 es un versículo clave que resume lo que Dios espera de sus seguidores: hacer justicia, amar la misericordia y humillarse ante Dios. Esto nos lleva a reflexionar sobre tres aspectos fundamentales:

Hacer justicia: Significa actuar de manera equitativa y justa en nuestras interacciones con los demás, tratando a las personas con igualdad y respeto, y buscando solucionar las injusticias en el mundo.

Amar la misericordia: Nos llama a mostrar compasión, gracia y amor hacia los demás, incluso cuando no lo merezcan. La misericordia implica ser comprensivos y perdonar, siguiendo el ejemplo de la misericordia de Dios hacia nosotros.

Humillarte ante tu Dios: Reconocer nuestra dependencia de Dios y su soberanía. Significa tener una actitud de humildad y sumisión ante Dios, reconociendo que Su sabiduría y Su camino son superiores a los nuestros.

La reflexión profunda aquí nos lleva a considerar cómo estamos viviendo nuestras vidas en términos de justicia, misericordia y humildad. Nos desafía a examinar nuestras acciones y actitudes diarias y a preguntarnos si estamos siguiendo los principios que Dios nos ha enseñado. También nos invita a buscar la guía de Dios en nuestras decisiones éticas y a esforzarnos por vivir de acuerdo con sus expectativas de justicia y misericordia.

En resumen, esta oración es una búsqueda de vivir una vida justa, honrosa y en línea con los principios de Dios, siguiendo el llamado de Miqueas 6:8. Nos desafía a reflexionar sobre cómo estamos aplicando estos principios en nuestras vidas y a buscar la guía divina para hacer lo que es correcto y honorable en todas nuestras acciones y decisiones.

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